El sol entraba por la ventana decolorando el sillón de siempre hasta que las cortinas volaron por el humo de más que un cigarrillo. Las sombras se movieron rápidas y silenciosas hasta desaparecer en las paredes llenas de euforia.
Se escuchó que llegaba el ascensor, que alguien bajaba cargado con bolsas de supermercado y las llaves hicieron de campana. La puerta se abrió, una figura apareció llenando el marco y un hilo transparente cruzo la habitación de lado a lado. De repente una estatua se convirtió en persona y las serpentinas empezaron a sonar fuerte callando a todos los papeles picados. Las palmas se escondían de a poco cuando una sombra aparecía en la pared amarilla, recién pintada. La figura se quedo quieta, muy quieta y salió corriendo. Bajó las escaleras siendo seguida por todos los chiflidos y gritos que la aplastaban contra los pasillos, y se fue.
Recién cuando llegó a la calle una gran bocanada de aire despertó a los que incrédulos estaban esperando una respuesta detrás de la puerta del quinto “c”.
Alguien se sacó la peluca violeta y todos lo miraron con asombro al descubrir que en verdad era pelado. Miles de palabras empezaron a volar y sólo algunas llegaban a los oídos de otros. La indignación pintó el cuadro colorido en un gris acuarelado como cuando un día de lluvia, pero antes de que empiece a llover, alguien se decide a mirar por la ventana y descubrir que no sólo el paisaje es lo que está gris y comienza a llorar dejando caer los colores de lo que ve.
Sonó el teléfono y otra vez, todos se callaron para escuchar. Nadie sabía qué hacer así que esperaron un rato más. Hasta que la noche llegó, los palitos se acabaron y por fin, dejaron en libertad a ese departamento usurpado por desconocidos vestidos con ridículos sombreros. Detrás de un árbol una sombra esperaba ver papelitos de colores esfumarse. Cuando los vio decidió intentar volver a abrir la puerta. Se sintió mejor cuando logró darse cuenta de lo que había hecho; cuando no dejó que la sorprendan sino que sorprendió por la tangente a varios pares de ojos atónitos.
martes
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