lunes

Vos sabés que cuando pienso algo, pasa y si lo digo, se escapa.
Como aquella vez que quise pensar en un sol oscuro y te lo conté, al instante mi cabeza se nubló y una luz oscura me salió por los ojos seguida de una explosión de aire rompiendo un par de neuronas débiles. En ese momento supe que mi Hiroshima neuronal había desecho toda posibilidad de que ese pensamiento exista en la vida real. Pero fue, llegaron otras cosas.

Yo pensaba que eran mejores, entonces te las volví a contar. Maldito error: me salió mucha agua de las uñas y al dormir esa noche no pude soñar. Y antes de que la tercera sea la vencida mi cabeza se hincha de sinapsis y no te dice nada. Y al fin, tengo un mundo que pienso, pero no te lo digo para que exista sólo para mí.

2 comentarios:

nebulosa dijo...

Oh!, me encontré con la parte felpuda del abrojo que me faltaba.
A mi me pasaba lo mismo, pero un día estornudé arcoiris y me encantó. Entonces me animé a decir lo que me pasaba y descubrí, que como todo, es como una bolsa de maní, sólo algunos, unos pocos, están podridos.

Anónimo dijo...

Pucha, no se habrá pinchado la piñata del corazón?
A mi me pasa algo raro, cuando cuento algo que deseo no se cumple, pero si no lo cuento... tampoco se cumple.
Me parece que me vendieron en la salada la version "trucha de deseos para el futuro".
Y bue...

a seguir participando!

Alonso...made.in.urdi.