martes

A veces pasa

Luz roja y avanza. Lleva puesto un vestido amarillo con puntillas descoloradas por el tiempo y sandalias en invierno.
Camina con el viento en la cara y el flequillo mucho más atrás. Avanza más rápido, y aunque lo sea, se hace la distraída. Lo ve y no lo saluda porque ignora a todos los que no perdona. Pudo haber sido un encuentro casual pero todos los que lo vimos supimos que fue planeado por él que con un impermeable rojo gritaba que lo mire.
Cerca de ahí había una cámara de seguridad que miraba siempre para el mismo lado y sólo lo llegó a captar a él, que se paró para mirarla alejarse entre la humedad y las hojas que caían por ahí.

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